Volodymyr Yermolenko, filósofo, comentarista cultural y presidente de PEN Ucrania, profundiza en el profundo papel de la cultura como fuerza unificadora durante los conflictos.. Nicole Verbeeck habló con él sobre la cultura el poder para sostener el espíritu de una nación bajo asedio y los desafíos que enfrentan los artistas e intelectuales que luchan por hacer oír su voz en Ucrania y más allá.
NEVADA: ¿Puede contarnos más sobre PEN Ucrania y su papel dentro de la organización?
VY: PEN Ucrania es parte de una red global conocida como PEN International, que une a escritores de todo el mundo. En Ucrania, está compuesto por unos 160 miembros, entre prosistas, poetas, ensayistas, filósofos, activistas de derechos humanos y periodistas.
Nuestra misión es multifacética: promover la literatura ucraniana, fomentar la reflexión intelectual, defender los derechos humanos y defender la libertad de expresión. Incluso en estos tiempos difíciles, continuamos nuestro trabajo.
Muchos de nuestros miembros han tomado las armas; algunos han resultado heridos y, trágicamente, otros han muerto. Sin embargo, nuestras actividades persisten. Viajamos por todo el país, incluso a zonas de primera línea, apoyando bibliotecas (muchas de las cuales han sido destruidas) trayendo libros, organizando festivales de poesía y participando en eventos culturales.
NEVADA: La poesía ocupa un lugar importante en la cultura ucraniana. ¿Puedes contarnos más sobre la importancia de la poesía en Ucrania?
VY: De hecho, la poesía es profundamente apreciada en Ucrania. Recientemente, Lviv fue sede de un festival llamado «La tierra de los poetas», un evento monumental que incluso mereció un tren especial desde Kiev. La poesía en Ucrania no se trata sólo de literatura; es una experiencia a menudo entrelazada con la música. Por ejemplo, organizamos reuniones mensuales donde los poetas colaboran con los músicos, muchos de los cuales, como yo, también son filósofos. Estos eventos fomentan improvisaciones únicas que unen la literatura y la música.
Ucrania cuenta con poetas excepcionales como Kateryna Kalitko, Artur Dron y Sergey Zhadan. Lamentablemente, algunos, como Maxim Krivtsov y Victoria Melina, han perdido la vida en este conflicto. Otros, como Boris Gumenyuk y Mykola Leonovych, siguen desaparecidos en combate. Estos nombres representan el alma de una cultura que se niega a ser silenciada.
NEVADA: ¿Qué papel juega la cultura en tiempos de guerra?
VY: La guerra revela la profunda necesidad de la cultura. No es simplemente una forma de entretenimiento o una actividad de ocio: estructura nuestra identidad y comunidad. La cultura es una herramienta de resistencia, un medio a través del cual afirmamos quiénes somos y por qué la existencia de Ucrania es importante para el mundo.
Esta guerra subraya que la cultura se trata de valores: dignidad, libertad y empatía. Si bien la guerra es una realidad de destrucción, paradójicamente inspira la creación.
Los seres humanos, cuando se enfrentan a la fragilidad de la vida, a menudo recurren a la cultura para expresar el amor, la resiliencia y la esencia de la humanidad. En Ucrania, esto es evidente en la literatura, las artes visuales, la escultura y la performance.
NEVADA: ¿Cómo se ha visto afectado el sector cultural por la guerra?
VY: La guerra ha tenido un impacto devastador. Más de 600 bibliotecas, especialmente en pequeñas aldeas y ciudades, han sido destruidas. Las escuelas han sido blanco de ataques para perturbar la educación, que es una piedra angular de la cultura. Los museos también han sufrido: algunos fueron saqueados y colecciones enteras llevadas a Rusia, mientras que otros fueron destruidos.
Más allá de la infraestructura, la guerra ha afectado directamente a figuras culturales. Muchos se han unido al frente como soldados o médicos. Trágicamente, algunos han perdido la vida. Sin embargo, en medio de esta devastación, hay un paradójico aumento de la creatividad, un testimonio del espíritu indomable de la cultura ucraniana.
NEVADA: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta hoy la cultura ucraniana y cómo puede ayudar Europa?
VY: El desafío más apremiante es garantizar que las voces ucranianas sean escuchadas en todo el mundo. Si bien se han realizado esfuerzos para publicar autores ucranianos en el extranjero, estos son a menudo éxitos aislados y no parte de un enfoque sistémico.
Traducir la literatura ucraniana a otros idiomas sigue siendo un obstáculo importante. El mundo académico también lucha contra el conocimiento limitado de la historia y la cultura de Ucrania fuera del país.
Muchos especialistas de Europa del Este todavía se centran predominantemente en Rusia, lo que deja un vacío en la comprensión de la identidad cultural única de Ucrania. Europa puede desempeñar un papel fundamental fomentando asociaciones a largo plazo; por ejemplo, las principales editoriales de Alemania, Francia y otros países podrían crear una serie dedicada a la literatura ucraniana, con el apoyo de subvenciones.
No se trata sólo de financiar a Ucrania sino también de crear oportunidades de colaboración. Apoyar a las instituciones ucranianas, como PEN Ucrania y el Instituto Ucraniano, es igualmente crucial.
NEVADA: ¿Puede la cultura contribuir a la integración europea?
VY: Absolutamente. La agresión de Rusia no está dirigida sólo a Ucrania: es un ataque a los valores europeos. Al enfatizar la libertad, la dignidad y la elección individual, la cultura ucraniana constituye un contrapunto a los ideales autoritarios propagados por Rusia.
La cultura no se trata sólo de arte; encarna una forma de vida y un conjunto de valores. Fortalecer la cultura ucraniana significa reforzar estos principios europeos compartidos.
NEVADA: De cara al futuro, ¿cómo imagina el sector cultural ucraniano?
VY: Creo que estamos en medio de un renacimiento cultural. A pesar de la guerra, hay una creatividad increíble en la literatura, la música, las artes visuales, el teatro y la filosofía. Sin embargo, la historia nos advierte de la fragilidad de tales renacimientos.
Las décadas de 1920 y 1930 presenciaron el «Renacimiento ejecutado», cuando cientos de figuras culturales ucranianas fueron asesinadas por el régimen de Stalin. Hoy en día, más de 100 artistas ya han perdido la vida en este conflicto. Si Rusia continúa con su agresión, el riesgo de perder más de nuestra identidad cultural es muy grande. Sin embargo, la cultura ucraniana hoy tiene un significado universal.
Habla de la fragilidad de la vida, la necesidad del amor y el poder de la empatía. Proteger esta cultura requiere no sólo defender a Ucrania sino también amplificar su voz en el escenario global.
NEVADA: ¿Cuál es su mensaje clave para el mundo?
VY: La cultura no es un lujo ni un pasatiempo: es esencial para nuestra humanidad. Da forma a quiénes somos, sostiene a nuestras comunidades y proporciona el significado que necesitamos para afrontar los desafíos de la vida. En Ucrania, la cultura es una herramienta de supervivencia y resistencia.
Cuando enfrentamos la destrucción, es una cultura que nos recuerda nuestros valores compartidos y nuestra capacidad de resiliencia. Proteger y promover la cultura no se trata sólo de preservar el pasado: se trata de salvaguardar el futuro.
(Editado por Brian Maguire | Laboratorio de defensa de Euractiv)