El éxito de Israel contra Hamás y Hezbolá en esta guerra surge de un principio fundamental que ha apuntalado el concepto de seguridad de Israel desde su fundación: el principio de calidad. Esto se refiere a la calidad tanto del personal como de la ciencia y la tecnología dentro de las FDI.
Además del elemento humano, esta guerra destaca por su extraordinaria superioridad tecnológica. La mayoría de los sistemas utilizados por Israel –desde la cibernética hasta la inteligencia artificial (IA) y los drones– son el resultado de la innovación israelí. La mayoría de estas tecnologías se originaron dentro del ecosistema civil, con aplicaciones de seguridad posteriores.
Este fenómeno, conocido como tecnología de doble uso, se ha convertido en una piedra angular de la estrategia de seguridad de Israel. Las tecnologías de doble uso se definen como aquellas desarrolladas en la esfera civil pero luego adaptadas para uso militar, y viceversa: tecnologías desarrolladas por agencias de defensa que luego son adoptadas por el público (como el GPS, desarrollado originalmente por el ejército estadounidense).
Por ejemplo, las tecnologías cibernéticas o de inteligencia artificial destinadas al mercado civil ahora se utilizan para localizar a personas buscadas o tomar decisiones en el campo de batalla.
Sin embargo, la disparidad entre los mecanismos de desarrollo civiles y de seguridad presenta un desafío importante.
Si bien las FDI dependen de desarrollos de seguridad específicos –como misiles y vehículos blindados– muchas innovaciones en materia de seguridad hoy provienen del mundo civil.
El proceso de desarrollo de la seguridad es lento, engorroso y costoso, mientras que el desarrollo en el ecosistema civil es acelerado, impulsado por un gran volumen de ideas que se realizan rápidamente y con presupuestos relativamente pequeños.
En los últimos años, las instituciones de desarrollo de la seguridad en todo el mundo se han vuelto cada vez más conscientes de las diferencias entre estos dos entornos de desarrollo y han comenzado a adoptar mecanismos que normalmente se encuentran en el sector civil, como fondos de capital de riesgo y empresas emergentes.
Tecnología de defensa
Por ejemplo, la Administración de Investigación y Desarrollo de las Fuerzas de Defensa de Israel (DDR&D – Dirección de Investigación y Desarrollo de Defensa) ha entrado en esta esfera a través de fondos de capital de riesgo centrados en la innovación tecnológica. Esto ha contribuido al auge de campos como la tecnología de defensa, que combina tecnologías civiles con potencial de defensa, incluidas tecnologías cibernéticas, de inteligencia artificial, drones y espaciales.
Gracias a la integración de estas tecnologías, Israel logró neutralizar las amenazas en los dos frentes principales de la guerra actual –Hamás en la Franja de Gaza y Hezbolá en el Líbano– en tan sólo unos meses.
Una de las conclusiones más sorprendentes de este conflicto es que la integración de los mecanismos de desarrollo civil y de defensa es clave para mantener la superioridad tecnológica de Israel. Este puente entre el mundo civil innovador y el mundo de la defensa enfocado debe fortalecerse aún más, y se deben seguir desarrollando tecnologías de doble uso para garantizar el futuro de la seguridad nacional de Israel.
El autor, un general de reserva de las FDI, es presidente del Centro de Investigación Cibernética de la Universidad de Tel Aviv. El centro será coanfitrión de la Cumbre DefenseTech los días 10 y 11 de diciembre en la Universidad de Tel Aviv en colaboración con MAFAT, la Dirección de Investigación y Desarrollo de Defensa del Ministerio de Defensa.