Durante el año pasado, en el contexto de la guerra en curso y los desafíos regionales, la necesidad existencial de la asociación de Israel con Estados Unidos en los ámbitos de seguridad, económico y tecnológico se ha vuelto aún más evidente.
Si bien el prolongado conflicto con Irán y sus representantes y la crisis de seguridad regional plantean desafíos importantes para Israel y la región, el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a la seguridad de Israel y su derecho a la autodefensa sigue siendo férreo.
En este momento crítico, Israel debe invertir más para reforzar su valor para Estados Unidos.
Más allá del papel estratégico de seguridad de Israel en el marco estadounidense para Medio Oriente y globalmente, Israel tiene activos adicionales para fortalecer su vínculo con su aliado más cercano. La construcción de nuevas conexiones sólidas entre las dos naciones profundizará esta asociación en beneficio de ambas.
La guerra que estalló hace un año ha alterado fundamentalmente el panorama regional, llevando a Israel y Estados Unidos a una comprensión renovada de la importancia de profundizar su alianza. Ambas naciones reconocen que las decisiones que se tomen ahora moldearán el posicionamiento estratégico de Israel durante años. Además, esta relación debe adaptarse a una realidad global cambiante, que abarca desafíos como la competencia con China, la necesidad de superioridad tecnológica y el control de la cadena de suministro.
Poner el negocio en el centro
Durante el año pasado, la administración y el Congreso estadounidenses han demostrado su firme apoyo a Israel. La aprobación bipartidista de un paquete récord de asistencia de seguridad por valor de 14.500 millones de dólares subraya la posición de Israel como aliado central. Esta ayuda pone de relieve que, en momentos críticos, Estados Unidos apoya firmemente a Israel, incluso cuando existen pequeñas diferencias de opinión.
Sin embargo, este importante éxito no debería eclipsar los desafíos más amplios que enfrenta esta asociación. Estados Unidos está atravesando profundos cambios demográficos y económicos que influyen en sus prioridades nacionales. Por lo tanto, si bien el apoyo actual a Israel sigue siendo fuerte, es esencial pensar a largo plazo para formalizar y ampliar la asociación. El apoyo a la seguridad por sí solo es insuficiente; se debe cultivar una colaboración más amplia que abarque tecnología, economía, salud y más.
La evolución de la relación entre Israel y Estados Unidos sitúa al sector empresarial en su centro, sirviendo como ancla estabilizadora en medio de cambios políticos. Frente a la creciente competencia entre Estados Unidos y China, Israel ofrece a Estados Unidos valiosos activos en innovación y tecnología. Las empresas israelíes ofrecen soluciones innovadoras en inteligencia artificial, tecnologías cuánticas e innovación sanitaria, alineándose con los esfuerzos de Estados Unidos por mantener su ventaja tecnológica. La cooperación económica entre las naciones tiene el potencial de dar forma a su futuro tecnológico y económico.
Esta asociación no sólo refuerza la relación bilateral sino que también contribuye a la capacidad de Israel para abordar los desafíos de seguridad regional y la recuperación de la posguerra. El fortalecimiento de los vínculos económicos fomenta mayores inversiones y desarrollo de infraestructura, incluso cuando los pronósticos económicos proyectan un crecimiento más lento en 2025.
Dentro de esta intrincada relación comercial, la Cámara de Comercio Israel-Estados Unidos (AmCham) desempeña un papel fundamental. AmCham promueve plataformas colaborativas entre empresas israelíes y estadounidenses, fomentando la innovación en campos como la inteligencia artificial (IA), la ciberseguridad, la sostenibilidad, la salud y la bioeconomía. Un ejemplo reciente es el Foro de IA de AmCham, que comprende docenas de empresas israelíes y estadounidenses que operan en Israel.
El foro se centra en alinear la industria israelí con los estándares regulatorios estadounidenses y desarrollar el ecosistema de inteligencia artificial de Israel para permanecer a la vanguardia de los avances globales. De manera similar, la bioeconomía, identificada por la administración estadounidense como un importante motor de crecimiento, ofrece oportunidades críticas para Israel.
Esta es una asociación con raíces profundas, pero debe adaptarse a los cambios globales. Ahora, mientras Israel y Estados Unidos enfrentan nuevos desafíos, la comunidad empresarial debe liderar el camino para garantizar que la relación se mantenga estable y sólida en los años venideros. Al fomentar conexiones más profundas, iniciar nuevas colaboraciones e integrarnos en las estrategias económicas de ambas naciones, podemos aprovechar el poder de esta asociación para crear un futuro mejor para ambos pueblos.
El autor es el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Israel-Estados Unidos, que representa aproximadamente 250 empresas israelíes y estadounidenses que representan aproximadamente un tercio de la economía de Israel.