La supuesta fuga de Ali Mamlouk, un alto oficial de inteligencia sirio y confidente del ex presidente Bashar al-Assad a Beirut ha planteado varias preguntas en el Líbano, informa un periódico libanés. Nida al-Watan reportado en los últimos días.
Nida al-Watan informó que Mamlouk se esconde en un hotel de lujo en los suburbios del sur de Beirut bajo la protección de Hezbollah en lugar de enfrentar un proceso judicial. Esto a pesar de que las autoridades libanesas lo buscaban por su participación en los atentados con bombas de 2013 contra las mezquitas de Al-Taqwa y Al-Salam en Trípoli.
El ministro interino del Interior del Líbano, Bassam Mawlawi, negó los informes y afirmó: «Según la información de las agencias de seguridad, Mamlouk no está en el Líbano y no entró por cruces fronterizos legales».
Sin embargo, figuras de la oposición en el Líbano, incluido el diputado Nadim Gemayel, exigen una investigación exhaustiva sobre el asunto.
Mamlouk, nacido en Damasco en 1949, proviene de una familia con profundas raíces regionales. Su familia es originaria de la región de Iskenderun (ahora en Turquía) y tiene ramas que se extienden al Líbano, Egipto e Israel.
Estas conexiones familiares desempeñaron un papel crucial al ayudarlo a construir una red regional a lo largo de su carrera. Mamlouk es considerado una de las figuras más poderosas y enigmáticas del régimen sirio y fue apodado “la caja negra” debido a su control sobre información sensible.
Durante cuatro décadas, Mamlouk acumuló un inmenso poder dentro del aparato de seguridad de Siria, comenzando con su papel en la inteligencia de la fuerza aérea. En la década de 1980, supervisó el programa de armas químicas del régimen y los experimentos realizados en la infame prisión de Tadmor, donde se probaban agentes químicos en prisioneros políticos.
Mamlouk encargado de reprimir las protestas de la Primavera Árabe
En 2005, fue nombrado jefe de inteligencia general y, cuando estallaron las protestas en 2011, se le encomendó la tarea de reprimirlas. Tras un atentado de alto nivel en Damasco en 2012, fue ascendido a Asesor de Seguridad Nacional.
La participación de Mamlouk en el Líbano ha sido profunda y compleja. Los atentados con bombas en una mezquita de Trípoli en 2013, que mataron a decenas de personas, se encuentran entre las acusaciones más graves contra él. Según la investigación libanesa, dos oficiales de inteligencia sirios involucrados en los atentados –Mohammed Ali Ali de la “Rama Palestina” y Nasser Joban de la Rama de Seguridad Política– mantuvieron estrechos vínculos con la oficina de Mamlouk.
Además, Mamlouk está acusado de trabajar con el ex ministro libanés Michel Samaha, quien fue condenado por contrabando de explosivos desde Siria para llevar a cabo ataques en el Líbano.
Más allá del Líbano, Mamlouk está bajo estrictas sanciones estadounidenses y europeas. En 2023, fue acusado en Francia de crímenes contra la humanidad y el FBI está investigando su papel en la tortura y el asesinato de un activista sirio-estadounidense. Si se confirma que Líbano le concede asilo, el país podría enfrentar acusaciones de violar resoluciones de Naciones Unidas y sanciones internacionales.
A pesar de las sanciones, Mamlouk continuó actuando como emisario encubierto de Assad, realizando visitas secretas a varios países. Su visita a Italia en 2018, a pesar de las sanciones europeas, y su participación en las negociaciones con Turquía para promover la normalización con Siria, subrayan su capacidad para operar a pesar de las restricciones internacionales.
La relación de Mamlouk con Assad no siempre ha sido fluida. En 2015, el Daily Telegraph informó que Assad puso a Mamlouk bajo arresto domiciliario bajo sospecha de planear un golpe de estado en su contra. El informe fue tan significativo que la agencia estatal de noticias de Siria, SANA, emitió un desmentido oficial, afirmando que Mamlouk estaba “saludable y continuaba con sus funciones como de costumbre”. Hasta la caída del régimen, Mamlouk siguió siendo un asesor clave de Assad, y algunos se referían a él como el asesor en la sombra de Assad.
Tras el colapso del régimen sirio, Mamlouk desapareció junto con otros altos funcionarios, incluido Maher al-Assad, hermano del presidente depuesto. En el Líbano crece la preocupación de que el país pueda convertirse en un refugio seguro para altos funcionarios del régimen sirio bajo la protección de Hezbollah, un escenario que podría conducir a severas sanciones internacionales.