La tecnología portátil en el cuidado de la salud comienza con dispositivos muy básicos como Apple Watch y Fitbit, que indican la hora y cuentan los pasos. Los primeros dispositivos portátiles demostraron rápidamente su valor en la salud y el fitness porque los atletas y los consumidores preocupados por su salud los adoptaron para registrar su frecuencia cardíaca y otras actividades.
En su evolución, los productos avanzaron junto con la tecnología, innovando hasta llegar a lo que hoy son Google Glass. Estas gafas incorporan funciones y sensores para capturar datos biométricos como la presión arterial, permitiendo incluso una visión más profunda del bienestar.
Cuando los consumidores exigieron herramientas de salud personalizadas, los dispositivos portátiles inteligentes comenzaron a desarrollar capacidades más sofisticadas. Las bandas Oura Ring y WHOOP rastrean el estrés, los niveles de oxígeno en sangre y los patrones de sueño para prevenir enfermedades y mejorar la salud general.
La demanda de los consumidores de portabilidad, personalización y fluidez ha impulsado la miniaturización, la tecnología de baterías y la innovación estética. Los wearables se han convertido en instrumentos para proporcionar información de salud mucho más precisa y basada en datos, convirtiéndose en la base de la gestión proactiva de la atención sanitaria.